1. La guerra de trincheras
2.Las trincheras
3.Condiciones de vida
3.1 El barro
3.2 El frío
3.2.1 "El pie de trinchera"
3.3 Ratas y piojos
3.4 El sufrimiento mental
4. Armas utilizadas
5.Las mujeres en las trincheras
6.Relato de los soldados y vídeo
7.Fuentes
1. LA GUERRA DE TRINCHERAS
La guerra de trincheras es una forma de
hacer la guerra, en la cual los ejércitos combatientes mantienen
líneas estáticas de fortificaciones cavadas en el suelo y
denominadas trincheras. La guerra de trincheras surgió a partir de
una revolución en las armas de fuego. Hubo períodos de guerra de
trincheras en la guerra de Secesión (1861-1865) y en la guerra
ruso-japonesa de 1904-1905, pero llegó a su punto máximo de
brutalidad y mortalidad en el Frente Occidental de la Primera Guerra
Mundial. Estos huecos eran cavados a 1 o 2 metros de profundidad y se
conectaban con otros para mayor movilidad de los bloques de combate.
2. LAS TRINCHERAS
Una trinchera es un agujero excavado en
la tierra, que sirve para proteger el avance de las tropas. Detrás
de las trincheras de primera línea, se encontraban las trincheras
cubiertas, que servían para proteger en caso de que el enemigo
atacara la primera. También existían trincheras de apoyo, que
contaban con refugios subterráneos, donde descansaban los soldados
que no estaban luchando.
Los suministros, alimentos y tropas de reemplazo eran llevados a través de una red de trincheras de reserva y comunicaciones. La zona que se hallaba entre las trincheras de ambos bandos recibía el nombre de “tierra de nadie”, un territorio muy peligroso, ya que solía estar cubierto de alambradas y se podía pasar a ser un blanco fácil para el enemigo.
Los suministros, alimentos y tropas de reemplazo eran llevados a través de una red de trincheras de reserva y comunicaciones. La zona que se hallaba entre las trincheras de ambos bandos recibía el nombre de “tierra de nadie”, un territorio muy peligroso, ya que solía estar cubierto de alambradas y se podía pasar a ser un blanco fácil para el enemigo.
Las trincheras nunca eran rectas, sino
que se cavaban en un esquema dentado, que convertía la línea en
segmentos conectados por traviesas. Esto implica que un soldado
nunca podía ver más de 10 metros aproximadamente a lo largo de la
trinchera. Con ello el enemigo no podría enfilar la trinchera
completa si lograba ganar acceso a algún punto y, si caía una bomba
en alguna trinchera la metralla o shrapnel no podría llegar muy
lejos.
El lado de la trinchera que miraba al
enemigo se denominaba el parapeto, y tenía un escalón de fuego. El
lado trasero de la trinchera se denominaba el parados, que protegía
la espalda del soldado de la fragmentación de las bombas que caían
detrás de la trinchera. Si el enemigo conquistaba la trinchera,
entonces los parados se convertían en su parapeto. Los laterales de
la trinchera se recubrían con sacos de arena, astillas y trozos de
madera y alambre. El suelo normalmente se recubría con planchas de
madera.
Para permitir a un soldado ver fuera de
la trinchera sin exponer su cabeza, se creaba un agujero en el
parapeto. Podía ser simplemente un hueco entre las bolsas de arena o
podía estar protegido por una plancha de acero. La otra forma de
observar desde una trinchera era mediante un periscopio. Su formas
más sencilla era un tubo hueco con dos ángulos de espejos en las
partes superior e inferior.
3. CONDICIONES DE VIDA
Cuando comenzó la Primera Guerra
Mundial, en agosto de 1914, los soldados creyeron que terminaría
rápido. Muchos pensaron que estarían de regreso en casa para
Navidad. Sin embargo, la guerra duró cuatro años y hubo muy poco
movimiento en las trincheras, donde las enfermedades y la desnutrición
estaban fuera de control.
Se suponía que debía ser la guerra que pusiera fin a todas las guerras, pero en realidad fue la primera guerra moderna que implementaría enormemente la carnicería en los campos de batalla.
Se suponía que debía ser la guerra que pusiera fin a todas las guerras, pero en realidad fue la primera guerra moderna que implementaría enormemente la carnicería en los campos de batalla.
La guerra de trincheras fue muy dura
para los soldados de ambos bandos. La falta de alimentos, el frío,
el barro, la plaga de ratas y piojos, entre muchos otros factores,
hicieron de sus vidas miserables.
La guerra se alargada cada vez más y parecía interminable. Los soldados debieron seguir soportando las duras condiciones en que vivían.
La guerra se alargada cada vez más y parecía interminable. Los soldados debieron seguir soportando las duras condiciones en que vivían.
3.1 El barro
El mal tiempo fue la maldición de las
trincheras. Una simple lluvia podía transformar todo en un mar de
lodo. La situación de los soldados empeoraba, se dificultaba el
movimiento y las trincheras se llenaban de barro.
Después del barro, la segunda
maldición fue el frío. El invierno fue extremadamente duro, con
temperaturas cerca de los -20 grados. Era casi imposible moverse en
las trincheras. No se podía hacer fuego y los que vigilaban de noche
sufrían un verdadero martirio. Como resultado de estar expuestos
largos períodos en la humedad y el frío, los hombres adquirieron el
llamado “pie de trinchera”, azules y sin vida, propensos a sufrir
gangrena.
3.2.1 "El pie de trincheras"
El “pie de trinchera” es una
condición médica causada por la exposición prolongada de los pies
a la humedad, falta de higiene y las condiciones del frío. Los pies
afectados pueden presentar entumecimiento, afectada por eritrosis o
cianosis como resultado de suministro vascular pobres, y los pies
pueden comenzar a tener olor a descomposición. A medida que la
condición empeora la necrosis, los pies pueden comenzar a hincharse. El “pie de trincheras” avanzado a menudo implica ampollas y
llagas abiertas, que conducen a las infecciones por hongos, lo que a
veces se llama úlcera tropical. Si no se trata, el “pie de
trinchera” por lo general resulta en la gangrena, que puede causar
la necesidad de la amputación. Si se trata correctamente, la
recuperación completa es normal, a pesar de que está marcada por el
dolor severo a corto plazo cuando se recupere la sensibilidad.
3.3 Ratas y piojos
Una multitud de ratas circulaba por las
trincheras, atacando las escasas provisiones que tenían, además de
los cadáveres de los soldados ya muertos en la guerra. No podían
dormir, ya que incluso se atrevían a meterse bajo sus gorras si
escondían allí comida.
La higiene en las trincheras dejaba
mucho que desear y todos tenían piojos. Eran cientos, en cualquier
parte del cuerpo y pasaron a ser una excelente cura para el
aburrimiento.
3.4 El sufrimiento mental
La vida en las trincheras fue
debilitante en muchos aspectos, no solo físico, sino también en lo
mental. Era aburrida y se tenía miedo a la muerte. Cada día moría
gente, los soldados estaban a menudo cara a cara con la muerte. A
veces los cadáveres se descomponían frente a las trincheras. La
falta de sueño y la impotencia desmoralizaban las tropas. Los
soldados se sentían miserables, deprimidos, agotados y sin ánimos
para vivir. Muchos cayeron en desordenes mentales, especialmente
durante los últimos años de guerra.
4. ARMAS UTILIZADAS
Las ametralladoras son posiblemente las armas más características de la guerra de trincheras, con la imagen
de oleadas de infantería siendo abatidas por ráfagas de balas.
El soldado de infantería común tenía
cuatro armas a su disposición en las trincheras: el fusil, la
bayoneta, la escopeta y la granada.
La artillería dominaba el campo de
batalla en la guerra de trincheras, del mismo modo que la fuerza
aérea domina la guerra moderna.
El gas lacrimógeno lo emplearon por
primera vez en agosto de 1914, pero solo servía para dejar al
enemigo momentáneamente fuera de combate.
La finalidad principal de las aeronaves
en la guerra de trincheras era el reconocimiento y la observación de
la artillería. El papel de los cazas era proteger a las aeronaves de
reconocimiento amigas y destruir las enemigas, o al menos impedirles
la libertad de movimientos.
Los alemanes utilizaron lanzallamas
durante la guerra, pero dado que la tecnología estaba en sus
comienzos, su valor era sobre todo psicológico. Cuando se desarrolló
más la guerra se usaron los aviones con misiles con aletas para que
cayeran en punta.
5. LAS MUJERES EN LAS TRINCHERAS
“La mujer, como parte de la población
civil y obviada en cualquier decisión, resulta ser, sobre todo,
víctima y, por lo general, son ellas las que calladamente, en
períodos de guerra, han garantizado la supervivencia de su familia e
incluso, de su comunidad”, explican en el estudio el Instituto Henry
Dunant.
Esta guerra movilizó a unos 65
millones de soldados entre todos los contendientes, provocó que la
retaguardia quedara huérfana de mano de obra y hubo que recurrir a
la mujer para mantener la producción.
Como ejemplo, la investigación recalca
que 430.000 francesas y 800.000 británicas pasaron de ser amas de
casa a obreras asalariadas e incluso, muchas de ellas forman parte de
la propia guerra.
“En Alemania, sin participar
directamente en las unidades de combate, contribuyeron en las
actividades de la guerra, trabajando en las fábricas de armamentos y
desarrollando diversas tareas cerca del frente de batalla:
avituallamiento, depósito de municiones... Poco antes de terminar la
guerra, casi 68.000 mujeres reemplazaron a los hombres que estaban en
el frente” ,aseguran.
Según el instituto, “las mujeres
demostraron que podían tener roles totalmente nuevos. Antes de esta
gran guerra se hablaba de que las mujeres no podían desenvolver los
mismos trabajos por diferencias físicas y psicológicas, y eso
afortunadamente se rompió”.
6. RELATOS DE LOS SOLDADOS
La primera carta es del sargento Harry
Roberts, Fusilero de Lancashire, os mostraré un pequeño fragmento
donde hablaba sobre el dolor que se siente con “el pie de
trincheras”.
“Si nunca te han descrito cómo es el
pie de trinchera, lo haré yo. El pie se te hincha dos o tres veces más que su tamaño normal y se vuelve completamente inerte. Puedes clavarle
una bayoneta y no sentirás nada. Si eres lo suficientemente
afortunado como para no perder el pie y que la inflamación vaya
remitiendo, es cuando comienza la más indescriptible de las agonías.
He escuchado como los hombres lloraban y gritaban de dolor, y muchos
han tenido que ver cómo les amputaban sus pies y sus piernas. Yo fui
uno de los afortunados, pero un día más en las trincheras y puede
que hubiese sido demasiado tarde."
El segundo fragmento es extraído de un
libro. Este es narrado por Edward O. Mousley, también soldado.
“Hasta las situaciones más
peligrosas se vuelven cotidianas y los días parecen pasar sin
comportar nada de la constante proximidad de la muerte. Pero incluso
esa idea, por muy notable que pudiera resultar en un principio,
acabamos reprimiéndola, ya que es un elemento que de tan
omnipresente se vuelve insulso. Tengo la firme convicción de que es
posible cansarse de un sentimiento. No se puede ir por ahí con miedo
a morir indefinidamente o mantener un interés por la inminencia de
la muerte sustentado en los escalofríos. La psique se harta y lo
aparta a un lado. Yo he visto caer abatido a un hombre que estaba a
mi vera mientras yo, sin inmutarme, seguí señalizando las
instrucciones para dirigir el fuego. ¿Es que soy insensible?”
Estos pequeños fragmentos os ayudarán
a entender un poco más la vida en las trincheras.
Desde mi punto de vista, leer los
relatos contados por los soldados nos ayuda de manera clara y fácil
a saber su día a día. Nadie de nosotros sabe lo que es vivir
durante cuatro años en un sitio como las trincheras, con todas las
complicaciones que había y lo difícil que podía llegar a ser. Es
espeluznante pararse a pensar las terribles cosas por las que han
tenido que pasar.
Finalmente dejo el link de un vídeo, que es una pequeña parte de una película de la guerra de las trincheras. Donde se demuestra lo afectados psicológicamente los soldados que estaban en las trincheras.
7. FUENTES
A LA PRÓXIMA GUERRA DEL GOLFO QUE VAYAN LOS GOLFOS DE LAS GUERRAS
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